jueves, 31 de diciembre de 2015

NIEVE ANDREA Y EL TANGO





"Tango.
Nunca me había fijado de aquel modo en ese baile, pero en ese momento descubrí que era algo distinto. Y dirigí mi mirada hacia la pareja que claramente destacaba; nunca sabré si su protagonismo era sólo producto de mi imaginación, o si realmente eran los reyes de la sala.
María y Eugenio. Los pies de ambos seguían a la música (¿o era la música la que los seguía a ellos?), coordinación perfecta.
Y esa energía que desprendía ella, impregnando toda la sala con su alegría. Los ojos cerrados de felicidad y una sonrisa radiante. Casi daba la impresión de que flotaba, que estaba en otro paisaje. Al igual que quien la miraba, pues transmitía esa paz que sólo puede conseguirse cuando se es completa y realmente feliz. Disfrutaba al máximo del baile, comunicación, vida al fin.
¡Qué gusto daba verlos! Eugenio la llevaba de aquí para allá con soltura, al marcado ritmo de la pieza, pasos desconocidos para mí, extrañas bellezas entrecruzadas entre las cuales se veía algo más.
El tango, qué baile. Belleza como no hay otra cuando se baila bien, y eso que apenas metían adornos ni pasos inverosímiles, como en los concursos. Así, tranquilamente, como quien no quiere la cosa, unas cuantas parejas bailaban desplazándose poco a poco en torno a las columnas.
Un ligero contratiempo de los pies de él, una sonrisa de ella, y al momento siguiente todo volvió a la normalidad. Nada podía turbar esta magia.
Terminó la pieza, y yo, desde el otro lado de la sala y por medio de señales que apenas me salían -tan hipnotizada me tenía su actuación-, les pedí que bailasen la siguiente.
¡Qué instantes tan perfectos! No había espacio para el tiempo: las horas, los minutos, pasaban sin saberlo.
Ante mis asombrados y deleitados ojos pasaban los bailarines, enfundados todos ellos en negros pantalones o ropas elegantes: empresarios, artistas, dependientes de tienda, ejecutivos, amas de casa, bohemios, madres; en definitiva, de todo había allí. Gente tan distinta unida por una misma pasión.
A los oídos me mi memoria llegaban aquellos poemas sobre el tango que con tanta emoción había escrito María cuando estaba aprendiendo a bailar…

Tango
Prestarle rostro al silencio.

¿Acaso no interpretaban la frase con su danza?

La postura
Enfrentados, te pones a mi altura yo me crezco.
Cincelados mis pies por la ternura,
no invado tu terreno
y equilibrada, esa fuerza nos impulsa.
El norte son mis ojos.

Claramente, ésa era la postura adoptada por la gran mayoría de los danzantes; los que parecían uno con su pareja y con la música eran el vivo reflejo de este poema.

La distancia
Ni muy pegada a ti
(que quepa un hilo),
ni demasiado lejos
(que tenga todo el mundo sitio).

No habría podido serse tan preciso en la descripción del baile: ni mucho, ni poco. El eterno y vital término medio.

El pie
…todos tus pasos dibujados en mí, que soy tu tierra.
Aquellos poemas, publicados en edición limitada por ella misma, habiendo ganado aquel premio de poesía del tango en el 2001, en un libro titulado “El Tango con Darío”, eran justo lo que más encajaba con aquellos instantes. Tan precioso era el baile, y tanto lo era su arte, su poesía. Tan bien lo reflejaba.
También se había hecho CD, leído por una argentina, la que había convocado el concurso de poesía. Me había gustado tanto, que lo escuché hasta la saciedad.
María, de vez en cuando, abría los ojos y miraba a Eugenio.

La mirada
Nos miramos
y siento una emoción desconocida
porque no sé, todavía, quién eres.
¿Te imaginas qué puede ocurrir
cuando me reconozcas?

Mi poema preferido en aquel bello libro.
Terminó la pieza y, esta vez sí, María y Eugenio volvieron a sentarse junto a mí, ella con toda su emoción reflejada en las sonrosadas mejillas que contrastaban con el azul de sus ojos."


Fragmento de "El Eco de un Concierto". Nieve Andrea Sádaba




martes, 29 de diciembre de 2015

PARA TI



(Fotograma de Ágora)


Alguien perdió una carta dirigida a alguien. Decía así:


Para ti.

Hace un día muy hermoso. Qué quietud. Qué silencio. Tanto como mi paz. Soy feliz.
Respira hondo (aquí venía el nombre del autor), que de más hondo aún viene tu dicha.
Qué pena quererte tanto, qué pena; pero qué alegría también tener esta pena.
Este hombre, el mejor que he conocido, podría haber sido tuyo.”

Si yo hubiese sido la destinataria de esta carta, hubiera respondido así:

“Tienes razón. Es el mejor por ser el único que has conocido. Si te hubieras “reconocido” esa pena estaría en su sitio y hubiera traído su espacio.

La diferencia en decir “tuyo” o “tu yo” es fundamental. Mi yo solo espera reconocerse en mí para no invadir el espacio de los demás. Si yo hubiera sido tú no habría para mí felicidad posible.

Tuyo debiste ser tú y no pudo ser.

Estoy segura de que ya lo has comprendido todo. Para la conciencia universal tú también eres imprescindible. En este final pudiste respirar con la hondura debida.

Yo nunca he dejado de ser feliz.


Para mí



miércoles, 23 de diciembre de 2015

En el autobús - diciembre 2015






Esperaba, como todos los días, el autobús.

Subí la primera, aunque era la tercera en una fila que fue aumentando desordenadamente.

La máquina dijo que no, que mi tarjeta no era válida. Volvía validar y la respuesta fue la misma: “que no”.

Los pasajeros pasaban (también de mí) y el conductor se multiplicó en dispensar los billetes y comprobar que mi tarjeta de transporte era legal. (Yo no tenía ninguna duda). Se le veía cansado y se dirigía a mí de manera displicente. Después de varios intentos con una incómoda expresión, me dijo con tono cansino: “puede pasar”. Y pasé. Pasé de él, sin darle las gracias.

Ese “des-agradecimiento” me hizo sentir incómoda y pensé que la solución hubiera sido dar dos golpecitos cariñosos a la máquina validadora dejando constancia indirecta de que me hacía cargo de su agotamiento.

Hay que comprender que a veces (pocas), se comportan (nos comportamos) como autómatas y la empatía es un oasis donde reponer fuerzas. Estos días están de huelga y la lucha por los derechos desgasta.

En ese momento él no estaba para responder emocionalmente y yo quise guardar silencio para no hacer hablar a las máquinas.

A través de la ventanilla el paisaje era gris pero se adivinaba un sol que podía llegar en cualquier momento.

Y llegó.





 

martes, 22 de diciembre de 2015

LOTERÍA 2015








Sueño con no desear dinero y la feliz realidad me abraza.







martes, 15 de diciembre de 2015

MI PRIMER POEMA

Eco y Narciso
John William Waterhouse.



Al atardecer, me buscabas por todos los rincones de la tierra sin saber qué buscabas.

Cuando anocheció acariciaste todos los rostros esperando encontrarme.

Al amanecer tu corazón sintió que me encontraba cerca,
y se preparó para recibirme.

En el mediodía te susurro,
¿cómo esperabas verme, si estoy en tu ojo?

Y seguí, danzante, en torno a tu centro.





***

miércoles, 9 de diciembre de 2015

PAZ - 10 septiembre 2012


A todos los muertos inocentes,
incluidos aquellos que son responsables de tanto dolor,
porque en esa medida, son inocentes también de estar muertos.





Dibujo de Pilar Alcolea







Acabo de participar en una manifestación por la paz.
¡Cuánto cuesta encontrarle todo el sentido a esa hermosa palabra!
Los que allí estábamos no queríamos que siguieran matando inocentes. ¿Pero quién lo quiere?

Como estábamos enfadados le dijimos al embajador de turno que se fuera. Solo quedó añadir: “por las buenas o por las malas”

Como por las buenas no hicieron aquello que ordenaba el país representado por el embajador “non grato”, eligieron las “malas” y mataron al invasor para dejar que los buenos gobernasen.

En todos los países, en algún momento, las fuerzas supuestamente del orden, quitaron la voz “por las malas” a quienes no pensaban como ellos. En estos conflictos, un porcentaje eligió la palabra para defender sus ideas, pero el resto no encontró esa salida y creyeron tener derecho a responder igual, es decir, con la fuerza, haciendo exactamente lo mismo que quienes les habían agredido.

Como la fuerza ejerce para no quedarse sin significado, acabó por eliminar incluso a los compañeros con los que juntos lucharon contra los que solo admitían el orden por ellos establecido. Ahora lloran juntos víctimas y verdugos sin tener el consuelo de poder enfadarse con un enemigo claro.

A la manifestación nos acompañó Isabela, una pequeña de pocos años. Venía de jugar con otro niño que, según nos contó, le había dejado su tractor por la hermosa razón de compartir.

Muy interesada preguntaba qué decían los que gritaban; por qué la gente estaba tan enfadada; por qué no llevábamos una bandera como el niño del cochecito.

Isabela, le dije: “Tienes que dibujar una bandera y regalármela”. Contundentemente dijo: “No”. “La dibujaré para las dos”.

Estoy sentada frente al embajador expulsado, al que he pedido que me acompañe, para encontrar la manera de reciclarnos en el corazón de Isabela.

PAZ

...

Isabela, le dije: “Tienes que dibujar una bandera y regalármela”.
Contundentemente dijo: “No”.La dibujaré para las dos”.
















Estoy sentada frente al embajador expulsado, al que he pedido que me acompañe, para encontrar la manera de reciclarnos en el corazón de Isabela.
***




jueves, 3 de diciembre de 2015

CONCHITA PIQUER - No te mires en el río (1ª versión)






Cuando somos niños dependemos de nuestros padres. No tenemos la madurez suficiente para conocernos y que nos acompañen es primordial. Nuestros padres nos guían según saben y saben lo que aprendieron cuando eran niños y dependían de los suyos.

Es una cadena que sería muy fácil de romper si socialmente estuviésemos bien organizados. Afortunadamente vamos avanzando y cada vez con más naturalidad aceptamos las diferencias. Ya no caminamos a toque de corneta de quien dice tener la verdad y poco a poco va desapareciendo el infierno. No obstante, falta mucho.

La clave está en conocernos. En saber cómo somos. Es la única forma de encontrar el tesoro de la empatía, esa capacidad de ponerse en lugar del otro para conseguir nuestra “dimensión vital”.

Ayer entendí la razón de una tristeza infantil.

De muy niña me impresionó aquella canción interpretada por Concha Piquer, que decía:

 ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! - no te mires en el río –
 ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! -que me haces padecer,
 - porque tengo, niña, celos de él. ...
Una noche de verano - cuando la luna asomaba,
vino a buscarla su novio - y no estaba en la ventana.
 - Que la vio muerta en el río - y que el agua la llevaba –
¡Ay corazón, -parecía una rosa! - ¡Ay corazón, - una rosa muy blanca!
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! - cómo se la lleva el río
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! - lástima de mi querer...
Con razón tenía celos de él.


No sabía bien la causa, pero adivinaba una tragedia.
La Ofelia de Hamlet tomó el relevo en mi imaginación.

Un amigo enamorado de Portugal me dejó leer un poema de Fernando Pessoa, un autor al que no conocía. Por tercera vez, la Lidia a la que se dirigía el poeta lideró aquel grupo de mujeres invisibles.

Le hice la segunda voz.
 

Ven a sentarte conmigo, Lidia, a la orilla del río
Fernando Pessoa/Ricardo Reiss (uno de sus heterónimos)

Pessoa
 
Ven a sentarte conmigo, Lidia, a la orilla del río. Contemplemos con sosiego su curso y aprendamos que la vida pasa, y no tenemos las manos enlazadas.
(Enlacemos las manos) 

Lidia/María
Me he sentado contigo a la orilla del río. Sosegadamente mirabas su curso. Querías enseñarme que la vida pasa y no tenías mi mano entre las tuyas. El cauce el río fue mi lecho. Pasé desapercibida ante tus ojos. ¿A quién hablabas?

Pessoa
Pensemos después, niños adultos, que la vida pasa y no queda nada, nada deja y nunca regresa. Va hacia un mar muy lejano, hacia el Hado. Más allá de los dioses.


Lidia/María
Sentada a tu lado, quieta, querías enseñarme que la vida pasa y no queda nada, nada deja y nunca regresa. ¿De qué lugar más allá de los dioses hablabas? ¿Y a quién? pues el cauce del río era mi lecho y pase desapercibida ante tus ojos.

Pessoa
Desenlacemos las manos, porque no vale la pena que nos cansemos. Ya gocemos, ya no gocemos, pasamos como el río. Más vale saber pasar silenciosamente. Y sin grandes desasosiegos.


Lidia/María
Desenlazaste tu mano de la mía porque no valía la pena cansarse. Querías enseñarme a pasar silenciosamente, sin grandes desasosiegos. Tu mano me señaló el cauce del río, y yo, sumisa, me acosté en él. Mirabas abatido el curso del río, pero yo, pasé desapercibida ante tus ojos.

Pessoa
Sin amores, ni odios, ni pasiones que levantan la voz, ni envidias que dan movimiento excesivo a los ojos, ni cuidados, porque si los tuviese el río siempre correría. Y siempre iría a dar al mar.


Lidia/María
Sin amores, ni odios, ni pasiones que levanten la voz. Así me querías a tu lado. Pero una sombra ocupó mi lugar y el río me llamó a que yaciera en su lecho.

Pessoa
Amémonos tranquilamente, pensando que podíamos, si quisiésemos, cambiar besos y abrazos y caricias. Pero más vale estar sentados uno junto al otro. Oyendo correr el río y viéndolo.


Lidia/María
Pensabas en lo que podíamos hacer y no querías. Querías estar sentado junto a mí, pero me señalabas cuál era mi lugar en el lecho del río. Sumisa en él duermo.

Pessoa
Cojamos flores, pon en ellas tus manos y déjalas en el regazo, y que su perfume suavice el momento, este momento en que sosegadamente no creemos en nada, paganos inocentes de la decadencia.


Lidia/María
Desde el lecho del río te oí hablar de flores, de perfume, de la muerte sosegada, pero ¿con quién hablabas, si yo yacía en el lecho de tu río?

Pessoa
Al menos, si yo fuera una sombra antes que tú, te acordaras de mí sin que mi recuerdo te arda, hiera o te conmueva, porque nunca enlazamos las manos, ni nos besamos. No fuimos más que niños.


Lidia/María
¡Pobre amado mío! Demasiado infantil para ser niño.

Pessoa
Y si antes que yo llevaras tú el óbolo al barquero sombrío, yo nada tendré que sufrir al recordarme de ti. Me serás suave a la memoria recordándote así a la orilla del río, pagana triste y con flores en el regazo.


Lidia/María
El curso del río viaja hacia mi destino y allí volveré a despertar en mi presente.


Ayer, tomé conciencia plena del por qué me invadía esa triste sensación de niña.

Hay tribus primitivas que se asustaron la primera vez que se vieron reflejados en un cristal. No se reconocían y pensaban que era el enemigo.

Necesitamos espejos para vernos. No conoceríamos nuestro rostro sin ellos. Esa distancia que recorre nuestra imagen es fundamental.

Necesitamos el espejo de los demás para vernos, pero solamente aquél que respete nuestra imagen.

La tragedia tiene una doble cara. El río se lleva nuestra imagen y no tenemos el tiempo suficiente para ver toda nuestra complejidad. O no se la lleva porque ha dejado de ser un río para convertirse en lago.

¿Decìas?.....






domingo, 22 de noviembre de 2015

CARTAS A GUILLE - AGOSTO 2003



Se enfadó con su madre porque ella descubrió que (cumplidos los 16) todavía jugaba con los “soldaditos” como cuando era pequeño.

Para rebajar tensiones le escribí:



             Querido amigo. Me entero por la prensa del conflicto provocado por unas desafortunadas filtraciones sobre tus actividades con el ejército. No es para menos.
             Entiendo perfectamente el enfado, aunque habría algunos puntos sensibles que suavizarían ese juicio sumarísimo.
             Hay muchas formas de jugar, pero todas imprescindibles. Organizar batallas imaginarias o imaginar cómo las organizábamos cuando éramos pequeños, supone un cambio difícil de percibir para quien nos observa desde fuera. Y si el observatorio está colocado en el puesto de "madre" todavía el panorama se oscurece.
             A quien capitanea ese puesto (tu madre) le cuesta aceptar que dentro de poco le van a sustituir en uno de los territorios que más quiere, porque eso supone renunciar al privilegio de verte en primera línea.
            Tienes razón en enfadarte y ella merece un arresto. Pero, por favor, que sea en la cárcel de tu cariño.
            Si es posible, a mí, extiéndeme un pase permanente en blanco para que pueda entrar y contarle lo que veo desde este observatorio que vuestra amistad me ha adjudicado.

            Un marcial saludo y un abrazo.





sábado, 21 de noviembre de 2015

jueves, 19 de noviembre de 2015

LA MUERTE




En 1984 me pregunté:


Nos inquieta la muerte, 
pero ¿de qué vida?














lunes, 16 de noviembre de 2015

MARA Y MI ESPALDA





¡Qué bien! Te hice caso, miré a las Hadas y el dolor desapareció.

Un Hada muy pequeña, que no vive en ninguna estrella, sino en los bosques de Cantabria y que se llama Anjana, me contó por qué se me había curado la espalda.

Primero, me dijo, por haber hecho caso a Mara (ella te conoce). Y luego, porque al levantar la cabeza hacia el cielo los huesecillos se ponen todos en fila, se ordenan y el orden es salud.

Otro día te contaré la historia de una Anjana que vivió hace muchísimos años, cuando casi no había nadie que hubiese descubierto el cielo. Gracias pequeñuja.


***/***

lunes, 9 de noviembre de 2015

Sidney Bechet - Si Tu Vois Ma Mère (Midnight in Paris). by MusicaGradevole




En París, en El Muro por la Paz, diseñado por Clara Halter, leí la siguiente inscripción:

La palabra paz lleva en sí misma su propio mensaje.
No pretende un encantamiento.
Tampoco que el muro donde está grabada a título simbólico, en 32 lenguas, a través de 14 alfabetos, sea un memorial. Una y otro invitan a la acción.

Es una traducción literal. Me encantaría saber francés para leerlo mejor.












viernes, 6 de noviembre de 2015

RECORDANDO MIS CONVERSACIONES CON FRANCISCO CARRASQUER



Correspondencia en el 2008



Naturalmente que me encanta pensar contigo.

Dices: “El hombre es la medida de todas las cosas”. Estoy de acuerdo.

El hombre creó la idea de dios queriendo dibujar un mundo en el que no sobrara nadie. Por eso es buena esa definición.

El problema surge cuando “un hombre” quiere imponerse como “la medida de todas las cosas”. De esa simplificación nace el fascismo.

(Me gusta tu diferenciación entre fantasía e imaginación. La misma que hay entre simple y sencillo.)

Podríamos decir que Dios es un círculo cuyo centro está en todos y cada uno de los hombres.

Imaginemos:

Me imagino jugando con Dios. Si pusiera la carta “María” sobre el tablero y yo “no me tuviera”, perderíamos ambos. ¡Ay! Pero si estuviera en mi madurez conocerme. Al darle esa réplica no sólo ganaríamos dios y yo, sino que Apolo y Dionisos se mirarían equilibradoramente durante un eterno minuto. Kronos, con ese ritmo “endiablado” se encargaría de colocarnos a todos en el preciso lugar para que nadie se perdiera ese espectáculo.

Visto lo cual todo el mundo querría jugar. ¿…?

Ya entiendo.

Kronos únicamente devora a quienes pretenden apropiarse de lo que no es suyo queriendo ser minuteros en un reloj que no les pertenece. Pero su generosidad no tiene límites para subvencionar con todo el tiempo del mundo a quien justamente le reclama el suyo para ser, durante un minuto, actor principal en el espectáculo de la vida.

Mañana seguimos hablando, también de Espinoza.

Un abrazo.



jueves, 5 de noviembre de 2015

RECORDANDO MIS CONVERSACIONES CON MARÍA DOLORES

Zaragoza

Cuando yo era niña se me ocurrió pensar que una sonrisa podía cambiar la historia.

Imaginaba “un hombre hosco, de mal genio” (con suficiente poder para influir en el devenir cotidiano), cruzándose un día (en el que este caballero iba a tomar una decisión importante), con una “mujer feliz, de ojos brillantes” capaz de iluminar su lado oscuro. Ese cambio de humor suponía serenidad a la hora de resolver problemas y un ahorro en guerras.

Más tarde comprendí que somos más complicados y que la agresividad necesita un pararrayos de mucha mayor envergadura.

Un tercer tiempo me hizo “egoísta”.

 ¿Por qué renunciar a ningún aspecto por muy oscuro que fuera.?
¿Por qué permitir que me asustara lo desconocido?
 Sabía que no me era posible conocerlo todo, pero una idea fundamental, sí:

 “El mal no existe”.  Simplemente se le confunde con un "bien cobarde"

 La clave estaría en encontrar un ritmo en las secuencias de cualquier historia desde donde poder acceder a la partitura entera.

En ese guión, todos y cada uno de los seres humanos somos imprescindibles.





***

miércoles, 4 de noviembre de 2015

RECORDANDO MIS CONVERSACIONES CON FRANCISCO CARRASQUER



Finales de enero 2008


¿Qué haces ahora?, preguntas.

Preparar un blog. Está bien pasear por esos nuevos espacios informáticos cuya conquista alguien ha dicho que equivale en importancia al descubrimiento del fuego. Un poco de vértigo me da, pero arriesgaré. Me encanta compartir con los demás lo que veo y mirar desde la perspectiva del otro.

Gracias por el libro. Solo he podido ojearlo, pero lo que he visto me parece muy interesante. La edición magnífica. Esa portada en rojo y negro ya anuncia un elegante y apasionado contenido.

Escribir es como cocinar, pasear, trabajar, hablar... resumiendo, es como vivir. Todos necesitamos de todo y cuando conseguimos repartirnos equilibradamente los papeles nos sale una humanidad divina. La dificultad surge cuando desafinamos y acaba en desastre. Si, además, nuestro error provoca dolor, los niveles que pueden alcanzarse en los despropósitos derivados de ello son terribles.

Sé perfectamente que los hombres pueden comportarse no como animales, sino mucho peor. Los animales se mueven de forma natural y la consecuencia de sus actos tiene coherencia. Cuando un león mata a una gacela lo hace sencillamente para comer. Si pudiera hablar diría que nosotros también matamos a las lentejas. El ser humano mueve otros niveles superiores y consecuentemente tiene otras cuentas que rendir.

Sinceramente creo en la bondad natural del hombre y no dudo en el objetivo general que todos tenemos: ser felices. Por qué resulta tan complicado es un misterio que para resolverlo se necesita paciencia búdica o inocencia.

Déjame que te regale esa música. A Paula también le emocionaba Juan de la Cruz. Fue una mujer extraordinaria que se fué hace poco más de un año y a la que está dedicado mi libro.

Bueno, que cierran la cafetería. Hasta pronto. Un fuerte, abrazo.











jueves, 22 de octubre de 2015

LOS REGALOS

(Zaragoza)

No se puede comprar el cariño.

Te regalo, porque sé que me querrías igual si no lo hiciera.



***

martes, 20 de octubre de 2015

A MIGUEL ROPERO NUÑEZ







(Dibujo de Anita Brus)




Si pudiéramos sentir que la vida es el ritmo de la conciencia, contemplaríamos el “palo” de la nuestra con “alegría”



martes, 13 de octubre de 2015

ESA PUERTA



Para salir de un problema sólo se encuentra la puerta cuando se abre, pero para abrirla tenemos que saber dónde está esa puerta.

Quizás la llave esté en asumir nuestro sufrimiento, evitando que los demás sufran lo que nos corresponde responsabilizarnos en primera persona.
 
La vida es paradójica y buena por naturaleza.
 
Un abrazo
María




lunes, 12 de octubre de 2015

ISABEL SANZ y PAULA BARCELONA


(Isabel Sanz,       ...............      Paula Barcelona)










jueves, 8 de octubre de 2015

SORPRESA EN JUNIO DEL 2008

(A Francisco Carrasquer)





























Qué sorpresa el desfile de las Fuerzas Armadas.

Una semana de preparativos, la complicidad del tiempo (un sol deteniendo a las nubes) y el público expectante.

Unos momentos antes de empezar la exhibición, un militar reparte banderitas españolas a los niños. Alguna vuela para llegar a quienes están lejos. Una de éstas la intercepta una señora provocando la protesta de todos los que allí estábamos. “Era para ese niño…” (intervenimos) “¡Es mía! ¡Sólo se la doy si a mí me dan otra!”. Naturalmente se fue de vacío porque estamos es una democracia, es decir, es un país sensato.

Qué sorpresa esta exhibición militar.

Los uniformes, el paso marcial, las medallas… También mujeres, pieles de colores, soldados pensando en los demás. Se nota que estamos más relajados.

Qué sorpresa mis lágrimas.

Empezaron a desfilar por las alturas. Mi compañero señaló el primero de los aviones y me dijo: “Cuesta más que el presupuesto de algún país”. El cielo se llenó de nubes. Inmediatamente aparecieron los blindados, los carros de combate, tanques y demás construcciones guerreras, seguidos por batallones de hombres y mujeres capaces de hacerlas “hablar”. También ambulancias y ayuda humanitaria.

No paré de llorar mientras duró la exhibición. Estaba viendo la razón de la fuerza y esta imagen iluminó el recuerdo de tantos y tantos muertos que lo fueron porque la razón no encontró ejército. Lloraba sin amargura, pues estoy segura de que la mayoría allí presente quería un mundo mejor, más justo, menos violento… pero lloraba. Sentía como si gritasen a través de mí los que se fueron: “No queremos ni uno más, estamos los justos para denunciar la injusticia de no estar a la fuerza”.

Qué sorpresa los hombres que asumen la derrota y evitan con ello la violencia.
 
Sebastián Castellion es el autor de esta frase: “Matar a un hombre para defender una doctrina no es defender una doctrina, es matar a un hombre”. No la conocía y fue a través de Francisco Carrasquer (Premio Nacional de las Letras Aragonesas 2006) en su libro “Miradas de Eternidad” donde encontré esa razonable sentencia. Me emocionaron esos puntos comunes que Francisco Carrasquer encontró entre Miguel Servet y Espinoza como faros de lo que el ser humano debería exhibir:

La libertad de expresión del pensamiento dónde, cuándo y cómo sea.
La tolerancia como base de convivencia, contraste de pareceres y bienestar.
Unos mínimos cimientos de estoicismo.
Amor a la ciencia que se trasluce en la exposición y demostración.
Síntesis de lo racional y lo místico, de la razón y la intuición.

La Vida. ¡Qué sorpresa!



sábado, 3 de octubre de 2015

TE CUENTO LO QUE VEO




Te cuento lo que veo.

Una mujer hermosa.

Diría que el gimnasio es un espacio que frecuenta y a la vista está que sabe y puede relajarse. Esa actitud sosegada dice muy bien de ella. No hay duda. Claramente refleja un equilibrio entre cuerpo y mente.

Algo ha llamado mi atención. Una flecha apoyada en la roca. Pudiera interpretarse como una indicación para ir en sentido contrario al que está mirando, pero no es tan simple como parece. Más bien diría que es el resto del final de una batalla. Una lanza rota como resultado de una lucha interior. Si te fijas las rocas están llenas de rostros fantasmales. Vivió un conflicto de ideas en las que todas querían ser la mejor. Finalmente venció la que en su espacio podía acogerlas a todas.

Da su espalda a las sombras y su mirada ilumina el paisaje. Esta actitud provoca y lo que parece ser un río, al pasar junto a ella, se transforma en una nube queriendo decirle “eres un cielo”.

Y lo es porque ser bueno es ser
(decía, muy bien Darío)







lunes, 28 de septiembre de 2015

EL LENGUAJE

La Música (Fragmento de El Tango con Darío)
El lenguaje es el tesoro mayor que el hombre construye. El fondo en el que reposa es la música.

El hombre descubre que algo le supera, se le escapa. Esa sorpresa, ocupa por un instante el hogar abandonado para que el héroe pueda seguir la pista de aquello que quiere ser descubierto.

El espacio natural donde puede desarrollarse esta historia es la música.

Todo lo que empieza tiene que terminar. Hablar de final siempre nos parece triste pero puede superarse esa tristeza si vemos su otra cara, el nuevo amanecer que este final anuncia.
Para ver este juego tendremos que situarnos en el ojo y no en el párpado. “La vida es el parpadeo de la conciencia”.

Proyectamos, pero no sabemos hasta qué punto. Conocido ese centro lo entenderemos todo.

La tristeza es una provocación para tomar distancia de la alegría que todavía no hemos descubierto.



...

miércoles, 23 de septiembre de 2015

HABLANDO CONMIGO EN EL 2001

(Nubarrones)


Tengo una inseguridad en lo que hago cotidianamente. Hay un grado de memoria necesario para la actividad que realizo en el trabajo que me falla. Consumo un exceso de energía por esta razón y sería una explicación para la falta de paciencia que muestro. También unos cambios somáticos colocan fuera de mí las riendas de un equilibrio que me cuesta mantener según qué días. Pero esto explica poco.

Me irrito. Podría ponerte este ejemplo para ilustrar lo que me pasa cuando hablas de una determinada manera. Las alubias te resultan fuertes. Es una de las comidas más completas, casi indispensables y que siempre te han entusiasmado (las has querido), pero actualmente te producen un malestar que dura todo el día. Si buscásemos el aderezo que transforma el placer en angustia quizás encontrásemos un ajo. Ese condimento que hace de inútil "vocero" espesando fatigosamente la digestión de un alimento que es en sí extraordinario y difícilmente sustituible.

Me irrito. Me suena demasiado fuerte un determinado acorde de la música en la que tu palabra navega y me oculta los matices indispensables para hacer mía una idea que "ya es". Es tu ajo dialéctico. Sabes perfectamente que suponer por adelantando una maldad (tontería) es partir de ella misma y, aunque tu visión alcance más allá, cuando se habla con el otro "hay que empezar de cero". (Es una expresión que apela a la inocencia).

Dicho de otro modo: en algunas ocasiones no quiero entenderte porque no puedo querer lo que entiendo.





***

sábado, 19 de septiembre de 2015

EL DEPORTE



Hay que llamar la atención a los padres que animan a sus hijos a dejar de ser deportistas para convertirse en guerreros.

(Mosquito en el Río Ebro)






En las guerras hay vencedores y vencidos. Vence el más bruto. Los argumentos no sirven.

La discusión, la puesta en común de ideas distintas, es un síntoma de madurez individual y social.

El deporte sustituye a las guerras.

El deporte es una ritualización de lo que fue una lucha cruenta.

A diferencia de una pelea, en la que el ganador somete y humilla al vencido, en el campeón estamos todos representados. Se trata de reconocer al mejor, de saber hasta dónde puede llegar el ser humano. Para ello es imprescindible el juego limpio, porque:

"Lo importante no es ganar sino participar”.




jueves, 17 de septiembre de 2015

¿LA MUERTE?

Paisaje urbano - Zaragoza


Nos gusta imaginarnos añorados por quienes nos sobreviven
ya que no somos capaces de recordar dónde estábamos antes de nacer.

Pero situados en el ojo (conciencia) y no en su párpado (la vida),
todo vuelve a estar en su sitio.









martes, 15 de septiembre de 2015

ADOLESCENCIA




Miedo, siento miedo y pregunto:
¿Eres tú?
...pero responde un interminable silencio.

Una conocida tristeza se filtra por cualquier hueco de mi felicidad.
 ¿Eres tú?
...todo silencio.

En mi madurez te presiento cercanamente lejos. Desconcertada suplico otra vez
¿Eres tú?
...y vuelve la soledad del paisaje.

Pero un mediodía pleno, vacío de necesidades,
llega a mis oídos la música de esa letra:
¡Era yo!



domingo, 13 de septiembre de 2015

VOCES VALIENTES




Las palabras tienen su justo lugar, pero según donde nos empeñamos en colocarlas resulta más difícil escucharlas.

Interés, riesgo, prima, sube… tienen más o menos valor según quien las maneje.

Nos dicen que “sube el interés de la prima de riesgo”, quedamos en sus manos (en las de los mercados) y miramos en la dirección que quieren que miremos.

Yo no quiero que me engañen como a una prima. No quiero correr el riesgo de perder humanidad. Por lo tanto, he anulado mi interés por el dinero y compruebo que inmediatamente sube mi interés por el ser humano que tiene valor y no precio.




(La luna desde el Puente de Hierro-Zaragoza)



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jueves, 10 de septiembre de 2015

EN ABRIL DE 1993


(Sos)

Las miserias de los demás sólo resultan insoportables porque descubren las propias. Pero en el cálido hogar del amigo podemos desnudarnos, proyectarnos. Nos permite, por un momento, transferirle nuestra sombra.

Amigo es aquél que afronta su soledad y desde ese heroísmo puede darnos cobijo con la absoluta seguridad de que mantendremos intacta su independencia.

En la danza de la Amistad, cada uno está siempre en el lugar que le corresponde.

Con un profundo agradecimiento.


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domingo, 6 de septiembre de 2015

LEYENDO A SANTI ELSO EN EL 2005



BUSCANDO INSPIRACIÓN EN UNA PIEDRA

Y, puesto que incluso esta piedra que sostiene tu mano te inspira,
es fácil para ti decir:
Oh claridad compacta del mundo
Desvelado misterio hecho materia pero

Qué misterio hay en una piedra, a ver,
y de qué claridad hablas que no sea la de querer tú deslumbrarnos a todos,
la verdad, mentir, mezclar raras palabras es tu propósito,
fingir, por ejemplo, haber encontrado un alma en la roca
cuando tan sólo hallaste un pavoroso silencio,
la nada enorme que todos sabemos, en su interior
nn templo de altísimas bóvedas derrumbándose a tu paso;
ay los versos, los versos, qué ganas de arruinarse la vida los versos,
deberías hacer algo ahora que aún puedes, muchacho,
mira que, con tan sublime pose sosteniendo un pedrusco,
pareces ya una ruina de ti, una estatua
de piedra que mira embobado a otra piedra.

Santi Elso


FOTOGRAFÍA

De vez en cuando tropiezo con un extraño
que, como siempre muda el gesto a mirarme
-con qué palabras explicaría sus ojos-,
comprendo que hay algo en mí que le hace sufrir.

Yo quisiera ayudarle, preguntarle por qué a veces llora,
consolarle en su desdicha
pero siempre acabo no haciendo nada.
Luego me digo: la próxima vez le hablaré.
Pero la próxima vez pasa y nunca le hablo

Nada sé de este desconocido, salvo que envejece rápido
y que una hojarasca, como un rumor de hojas que pasan
le acompaña allá donde va.

Hoy, al verle de nuevo,
me he dicho: cómo será ese otro lado del mundo
-tan leve que se diría de aire y no de papel-
cómo será vivir allí donde tu vida se desvanece a cada instante;
y ese hombre –tan parecido a mi que se diría yo mismo-,
qué será ser ese hombre, qué será ser él
mirándome siempre desde su enigmática nostalgia.

Santi Elso



Me gusta el sabor que deja ese cóctel clásico y moderno de tus poemas,

Cuando algo agrada necesitamos profundizar, conocer qué bebida nos ha embriagado y vuelvo por ello a leer esa forma peculiar de decir los usos y costumbres de cada día que envuelve no sé qué.

Algo me dice que no es por ahí por donde caminar. Me hago caso y paseo por la nostalgia de la que habla el llamado Fotografía.

Coloco interrogaciones a esos versos y me cuentan que su autor les abandonó. Ofrezco mi hospitalidad y la rechazan. Lo entiendo. Ellos son en la medida que emocionan a quien los escribe. No obstante los guardo cariñosamente.

Le llevaré la contraria a esa estupenda amiga mía, Leona Andrea, que me envía esta nota al pie de la carta en la que han viajado hasta mí:

“Te mando los poemas geniales de un poeta del Aula que no cree que sean buenos (y por supuesto se equivoca)”.

No te equivocas. Yo tampoco “creo” que sean buenos. No hay que creer, Santi, hay que conocer. Todo lo que hacemos es bueno si aceptamos el reto de ser.

Sé que son buenos y si fuera su autora estaría feliz de saber expresarme así.

¿Puedo leer algo más?

Un abrazo.
María